Por Comunicaciones

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad es cómo satisfacer en el futuro las necesidades crecientes de la población en cuanto a la demanda de alimentos, garantizando en mismo tiempo la sostenibilidad de los recursos naturales y la resiliencia al cambio climático.

Se estima que, en 2050, la población mundial superará los 9,000 millones de personas. La competencia por recursos entre la agricultura y la urbanización será mayor y el cambio climático será un desafío más para la producción agropecuaria. En ese contexto, la producción de alimentos debería incrementarse en un 70% para poder dar respuesta a la demanda y, para no incrementar la deforestación, el 80% por lo menos de ese aumento debería generarse a través de mejoras de productividad, definida como cociente entre producción total e insumos utilizados. Muchos estudios indican que el aumento de productividad se puede alcanzar a través del cambio tecnológico, de la mejora de eficiencia técnica y económica y de las economías de escala. La disponibilidad de nuevas tecnologías e innovaciones a su vez depende de una continua inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), cambios institucionales, incentivos a los productores, educación y extensión rural, y mejoras en infraestructura.

América Latina y el Caribe (ALC) cuenta con el 38% de la tierra destinada al sector agrícola y con una de las reservas más importantes en biodiversidad, suelos, y recursos de agua dulce. Presenta una productividad agrícola alta comparado con otras regiones, pero aún persisten grandes diferencias entre países de la región. Su extensa superficie dedicada a agricultura, combinada con una gran diversidad de climas, hace que esta región sea clave para fortalecer la seguridad alimentaria regional y global. Una gran proporción del territorio se encuentra bajo el dominio de la agricultura mediana y pequeña: se estima aproximadamente en 15 millones de unidades productivas que cubren unos 400 millones de hectáreas. Es en este sector de pequeños y medianos agricultores donde se aprecia la mayor brecha entre la productividad actual y la que podría alcanzarse con la adopción de innovaciones.

Es posible cerrar esta brecha, combinando innovaciones tecnológicas que aumenten la productividad parcial o total en las fincas (utilización de cultivos y animales mejorados, uso más eficiente de los recursos agua y suelo, mejores prácticas de nutrición vegetal y animal y de lucha contra plagas y enfermedades) e innovaciones organizacionales (nuevas formas de organización de los productores) e institucionales (diseño de políticas locales o nacionales). Es posible lograr ese objetivo tomando en cuenta sostenibilidad, inclusión, y rentabilidad, priorizando innovaciones que logren una gestión más sostenible de los recursos naturales (manejo integrado de las fincas, diversificación estratégica de la producción, mejor gestión del ecosistema y la biodiversidad) y un desarrollo de cadenas de valor y territorios competitivos.

FONTAGRO, siendo un mecanismo de cooperación para el fortalecimiento de la innovación agroalimentaria en la región ALC que involucra 15 países, decidió entonces apoyar los procesos de generación de tales innovaciones y estimular el desarrollo de plataformas público-privadas que se dan como objetivo un aumento de la productividad de la tierra, del trabajo y del capital, a través del cofinanciamiento de propuestas ganadoras. El objetivo es que los mejores proyectos puedan obtener mejor impacto en su área geográfica de implementación y además inspirar otras iniciativas semejantes y servir de modelos, no solamente en ALC, pero también en otras regiones del mundo.

Por lo tanto, emitió el día 1 de febrero de 2019 una convocatoria con el objetivo de identificar a plataformas de que demuestren un plan de trabajo cuyos resultados generen evidencias concretas de aumento de la productividad en la agricultura familiar con sostenibilidad, inclusión, y rentabilidad. Las plataformas debían contar con la participación de al menos dos países miembros de FONTAGRO, ejecutar lo propuesto en un máximo de 36 meses, demonstrar un conocimiento científico previo y validado, y promover nuevas innovaciones para la mejora de la productividad en la agricultura familiar en ALC. El proceso de evaluación y selección se inició con la presentación de perfiles de proyectos, los cuales fueron sometidos a una evaluación cualitativa y cuantitativa (calidad y capacidad técnicas de la plataforma e impacto potencial). De los 86 perfiles recibidos, 24 fueron preseleccionados e invitados por la Secretaría de FONTAGRO a presentar propuestas. Las propuestas a su vez fueron evaluadas y clasificadas base a los mismos criterios.

 

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Sobre FONTAGRO

FONTAGRO se creó 1998 con el propósito de promover el incremento de la competitividad del sector agroalimentario, asegurando el manejo sostenible de los recursos naturales y la reducción de la pobreza en la región. El objetivo de FONTAGRO es establecerse como un mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnología agropecuaria en América Latina y el Caribe, e instituir un foro para la discusión de temas prioritarios de innovación tecnológica. Los países miembros son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En los últimos 21 años se han cofinanciado 144 plataformas regionales de innovación agropecuaria por un monto de US$112 millones, que ha alcanzado a 230 instituciones y 29 países a nivel mundial

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