Por Comunicaciones

Como resultado del fondo semilla asignado a la iniciativa Plataforma multiagencia de cacao para América Latina y el Caribe “Cacao 2030-2050”, el INIAP de Ecuador junto con Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL), AGROSAVIA (Colombia), INTA (Costa Rica), IDIAF (República Dominicana), UNA (Costa Rica), CIAT, CATIE, Lutheran World Relief (USA), Fine Chocolate Industry Association (FCIA, USA), realizaron un taller que resultó en esta nueva publicación “Diagnóstico del Estado del Arte de la Cadena de Valor del Cacao en América Latina y El Caribe”

 

La publicación cita que el cultivo de cacao (Theobroma cacao L.) es de importancia socioeconómica en el mundo, ya que es uno de los principales productos comercializados, sea en materia prima como en sus elaborados. La mayor agregación de valor se da en la producción de chocolate y otros productos finales, estos procesos se concentran en pocos países. En América Latina y el Caribe (ALC), el cultivo de cacao posee una histórica trayectoria vinculada a millones de personas. Mucha de la producción proviene de la agricultura familiar (AF); por lo que, es fuente de ingresos económicos y favorece en la redistribución de la riqueza. Este cultivo constituye una alternativa para enfrentar los efectos del cambio climático; y, en la actualidad es clave para concretar procesos de paz, y constituye una opción viable para sustituir cultivos ilícitos.
Las perspectivas en el aumento del consumo de chocolate a nivel mundial hacen que el cultivo del cacao represente una oportunidad para el desarrollo de los actores de la cadena de valor, en particular de los productores. Sin embargo, los países productores de cacao en ALC deben superar retos en el ámbito productivo, económico, social y ambiental. En el cultivo de cacao persisten bajos rendimientos y es comercializado como un producto básico con poco o ningún valor agregado. A esto último hay que sumar los estrictos parámetros de calidad exigidos por los mercados internacionales.

En ALC, el cacao es cultivado desde México hasta Brasil. Cerca del 90% de la producción es cultivada en AF, en donde persiste una brecha tecnológica importante debido al poco uso de las tecnológicas disponibles (en la producción primaria, en los procesos de postcosecha y los de transformación). Este escenario trae como consecuencia, a más de la baja productividad de los cultivos, una insuficiente calidad de las almendras, y, por tanto, pérdidas en los ingresos de los productores. La AF que produce cacao aun presenta un alto nivel de atomización y bajo nivel de organización e integración a la cadena de valor. Estos agricultores recurren a intermediarios para comercializar el grano, esos intermediarios venden la almendra a grandes compañías exportadoras. Esta situación provoca que el productor reciba márgenes muy bajos de rentabilidad en la producción de sus cultivos.

Los productores de cacao de los países de ALC comparten muchas de las problemáticas, que necesitan ser atendidas siempre en función de las particularidades y dinámicas de los territorios. En varios países de ALC, el cultivo de cacao ha recibido un fuerte impulso en los últimos años, mediante procesos de modernización productiva y la generación de nuevas tecnologías. El establecimiento de una plataforma permitió acortar los tiempos de desarrollo tecnológico mediante la suma de capacidades y la complementación de los esfuerzos.

 

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