Por Comunicaciones

Con el objetivo de responder ante la creciente demanda por parte de una población mundial, de 7.800 millones de personas, en constante crecimiento – diversas estimaciones ubican a la población mundial en 8.600 millones de habitantes para el año 2030– los sistemas agroalimentarios deberán incrementar su producción en aproximadamente un 70%. Además, luego del impacto ocasionado por la pandemia del COVID-19, se espera que el ingreso per cápita mundial se recupere y continue en crecimiento durante la próximo década, especialmente en países en vías de desarrollo, como los de Asía, algunas regiones de África y, en menor medida, en países de América Latina y el Caribe, lo que traerá aparejado un cambio en el patrón de consumo de los habitantes, generando nuevas presiones sobre la producción de alimentos de mayor valor.

Este es el caso de las proteínas animales, tales como las carnes – bovina, porcina, aviar y otros – o como el de los lácteos. En el caso de las carnes, si bien la demanda de carnes rojas se debilita en los paises de ingresos altos, los cuales se encuentran en un proceso de sustitución de estas por carnes blancas, la demanda estará impulsada por el aumento demográfico y del ingreso en las demás regiones.

Estudios indican que cuando el ingreso per cápita de un país es mayor a los 40 mil dolares anuales, un aumento en el ingreso no trae aparejado un aumento en el consumo de carne, situación que se da en sólo un pequeño grupo de paises, tales como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Israel, Australia y Noruega, entre otros. Lo contrario ocurre para algunos países de América Latina y el Caribe, como Perú, Colombia, México, Brasil y Argentina, donde un aumento del ingreso de los habitantes tiene como consecuencia un aumento más que proporcional en la demanda de la carne.

Se estima que para cubrir la nueva demanda de carne la oferta llegue a las 377 millones de toneladas para el año 2031. En lo que respecta a la carne de aves de corral, se prevé que el consumo, para el mismo año, sea de 154 millones de toneladas, casi la mitad de la carne adicional consumida, traccionada por el aumento de la demanda en paises como China, India, Indonesia, Malasia y Perú, el cual se espera que se convierta en el segundo mayor consumidor per cápita de este tipo de carnes.

En cuanto a la carne de cerdo, se estima que el consumo aumentará en 129 millones de toneladas para el año 2031, siendo Europa la principal región consumidora de estos productos pese a que, debido al menor costo y a una percepción de que es mejor para la salud, cada vez pierde más terreno frente a la carne aviar. El consumo de carne bovina aumentará hasta ubicarse en las 76 millones de toneladas en el mismo periodo aunque el consumo per cápita de la misma se encuentra en disminución desde el año 2007. Sólo en Asia y, específicamente, en el sudeste asiático se espera que el consumo per cápita de carne bovina aumente. En el caso de China, se espera que en los próximos 10 años el consumo per cápita de carne bovina aumente en un 10% tras haber crecido más de un 50% en la década pasada. Por otro lado, se prevé que en América y Oceanía, regiones donde la preferencia por la carne bovina es la más alta del mundo, el consumo per cápita bajará en países como Argentina, Canadá, Brasil y lo hará aún más en Oceanía. Por último, se espera que el consumo de carne ovina, mercado de nicho de algunos países, llegará a las 18 millones de toneladas y representará el 5% de la carne total consumida, pero se prevé que el consumo per cápita mundial continuará disminuyendo.

De las 312 millones de toneladas de carne que se produjeron en el año 2020 – considerando carne bovina, porcina, aviar, ovino y caprino, el 18% de estas fueron producidas en ALC. Si se desagrega por tipo de carne, la carne aviar es la más producida en la región con casi la mitad del total seguida por la producción de carne bovina con un 35% y luego la carne porcina con el 16%. Estas tres producciones suman más del 99% de la producción de carne regional.

El máximo productor cárnico de la región es Brasil, concentrando más de la mitad de la producción total siendo el principal productor tanto de carne bovina – con 19 millones de toneladas –, carne porcina – con 4.5 millones de toneladas – y carne aviar – con casi 13.8 millones de toneladas. Le sigue México, siendo el segundo productor regional de carne porcina y aviar, con el 13% de la producción total y más atrás Argentina, segundo productor bovino de la región, con el 11%.

A su vez dado el gran nivel de producción respecto a la población, la región es la segunda región exportada de carne del mundo, concentrando más del 19% de las exportaciones cárnicas – en valor – y solo por detrás de Europa que, vale mencionar, es también una de las principales importadoras de estos productos. De esta manera, y ante el aumento de la demanda por este tipo de productos, se le presenta a América Latina y el Caribe, la oportunidad de afianzarse como el principal proveedor de proteínas animales del mundo, aportando de esta forma al desarrollo económico de la región.

 

Bibliografía

OECD/FAO (2022), OCDE‑FAO Perspectivas Agrícolas 2022‑2031, OECD Publishing, Paris,

https://doi.org/10.1787/820ef1bb-es

FAO, División Estadística. (2022). Base de datos FAOSTAT: indicadores de producción. Obtenido de FAO: http://www.fao.org/faostat/es/#data

 

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Sobre FONTAGRO

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