Por Comunicaciones

Los institutos nacionales de investigación agropecuaria (INIA) desempeñan un papel estratégico en los sistemas nacionales de innovación agropecuaria (SNIA), al generar conocimiento tecnológico susceptible de ser transferido a los productores para, así, traducirlo en valor económico y social, tanto para los usuarios y clientes como para la propia institución. En un ecosistema de innovación AgTech, en donde la empresa privada toma una relevancia al producir y llevar tecnologías en constante evolución, se requiere que los INIA adopten y ejecuten nuevas prácticas de gestión de la investigación que les permitan hacer alianzas con el sector privado y optimizar sus procesos de creación, captación, transferencia y aplicación de conocimiento. Así se logra contribuir a la innovación, de la mano de los emprendedores. Para ello se necesitan adecuados esquemas de manejo de la propiedad intelectual (PI) de los resultados de la investigación.

Durante muchos años, resultaba un tanto difícil que los INIA de América Latina y el Caribe (ALC) dedicaran esfuerzos a proteger sus resultados, quizás debido en parte a la misión a la que se dedican: producir bienes con un fin público. Sin embargo, casos exitosos, especialmente en los INIA del Cono Sur, denotan las bondades de los mecanismos de protección para la institución, el investigador, la industria y la sociedad. En el campo de la investigación es común que los propios investigadores comprometan la novedad de sus inventos al darlos a conocer en seminarios y congresos, ya sea mediante una presentación o una publicación. La gestión adecuada de la PI y la correspondiente capacitación a los investigadores son actividades que ayudan a prevenir estos errores.

En estos tiempos de limitados recursos para la investigación agrícola en muchos países de ALC, los investigadores acuden a convocatorias en que varias instituciones, a veces de diferentes países, trabajan en consorcios. Algunas preguntas frecuentes al crearse los consorcios tienen que ver con la titularidad de los resultados de las investigaciones, a saber: ¿A quién pertenecen esos resultados? ¿Cómo se resuelve el problema de las publicaciones? ¿Cómo se realizará la transferencia de resultados a los sectores a los que van dirigidos? 6 ¿Cómo proteger esos resultados? La gestión de los resultados también es un elemento importante para el éxito de estos proyectos consorciados y para que los productos lleguen a los usuarios finales.

En apoyo al Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO), en este documento el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) hace una revisión de los conceptos importantes de PI y bienes protegidos y de las diferentes formas de protección a que los INIA pueden acceder. También se presentan casos que denotan la importancia de los mecanismos de protección de la PI para la diseminación de resultados de investigación que están teniendo relevantes impactos en la agricultura de varios países.

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Sobre FONTAGRO

FONTAGRO se creó en 1998 con el propósito de promover el incremento de la competitividad del sector agroalimentario, asegurando el manejo sostenible de los recursos naturales y la reducción de la pobreza en la región. El objetivo de FONTAGRO es establecerse como un mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnología e innovaciones agropecuaria en América Latina y el Caribe y España, e instituir un foro para la discusión de temas prioritarios de innovación tecnológica. Los países miembros son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En los últimos 25 años se han cofinanciado 195 plataformas regionales de innovación agropecuaria por un monto de US$139.7 millones, que ha alcanzado a 1809 instituciones y 35 países a nivel mundial.