Por Comunicaciones

Noviembre, 2022-. Desde su inicio, la Conferencia de las Partes (COP), la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), ha sido para el mundo un evento de gran importancia. A medida que los efectos del cambio climático se han hecho más evidentes, el interés crece en la medida en que las acciones se hacen cada vez más necesarias y los resultados de estas son más significativas en vista al futuro a que nos enfrentamos. Posterior a la culminación de la COP27, realizada en Sharm el-Sheij, Egipto, lo mismo nos hace preguntarnos, ¿cuáles son nuestros pasos a seguir?

Desde FONTAGRO, el cambio climático es una temática esencial en el desarrollo de nuestros proyectos, esto viene de nuestro trabajo cercano con los productores, quienes viven a diario las consecuencias del mismo, pero también de nuestra conciencia en la importancia de la agricultura en metas tan significativas para el mundo, como alimentar a 9 mil millones de personas para el año 2050. Esto implica un inmenso reto para nuestros sistemas alimentarios y nos hace cuestionarnos cómo crecer en medio de la necesidad de reducir los efectos de la agricultura en el ambiente. Nuestra respuesta sigue siendo la misma, la ciencia colaborativa.

Dicho esto, nos parece importante destacar en primer lugar que celebramos el acuerdo para la creación de un fondo de pérdidas y daños para países en desarrollo que son víctimas de los efectos del cambio climático. Las regiones centro y suramericanas han sido severamente afectadas por inundaciones y sequías en los últimos años, su vulnerabilidad ya ha sido detallada en el en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), Cambio Climático 2022: impactos, adaptación y vulnerabilidad.

Es importante, además, mencionar que creemos en la importancia de continuar trabajando en la reducción del porcentaje de aumento de la temperatura global, tomando en cuenta que no lograr la meta de 1.5 C, podría tener consecuencias devastadoras para muchas naciones, algunas en nuestra región. Nuestro compromiso sigue siendo continuar trabajando en la preparación con proyectos como, por ejemplo, ‘Adaptación al cambio climático de la ganadería familiar’ que ha permitido a 16.000 productores recibir formación en prácticas de gestión para la adaptación al cambio climático a través de diferentes medios de difusión en las 4 regiones del proyecto, que se ejecuta en Argentina y Perú.

Nos parece vital cambiar la visión de la agricultura como parte del problema, creemos firmemente que somos parte de la solución en la búsqueda de reducir los efectos del cambio climático. Desde nuestras investigaciones, nosotros estamos trabajando a diario para aportar al desarrollo de sistemas agroalimentarios más sostenibles, por medio de iniciativas como “Oportunidades de secuestro de carbono en suelos de América Latina y el Caribe”, un proyecto que busca promover las prácticas de agricultura de carbono, en suelos agrícolas, una de las tantas potenciales soluciones, mismas que compartimos en el Pabellón de Agricultura Sostenible de las Américas organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura en la COP27.

¿Qué necesitamos entonces? Definitivamente, invertir más en ciencia. Necesitamos validar potenciales soluciones y generar datos para que estas sean replicadas en los países donde más se necesite. Necesitamos empezar a crear políticas basadas en ciencia, que nos permitan trabajar en nuestros sistemas alimentarios de forma más eficiente. Sobre todo, consideramos que el trabajo conjunto es vital, debemos reforzar la visión de que estos desafíos no tienen fronteras, por ende, la colaboración enriquece nuestros resultados, y nuestro impacto en los sistemas de la región.

En FONTAGRO nos alienta que la agricultura siga teniendo un espacio de discusión en esta importante conferencia, donde se destacó “la importancia de que el conocimiento científico y técnico siguiera formando parte de la transformación del sector agrícola, así como la importancia de las condiciones propicias, del papel crucial que desempeñaban los agricultores, los jóvenes, las comunidades locales y los pueblos indígenas, incluidas las consideraciones de género, y de atender las necesidades de los agricultores y los sistemas alimentarios”.

Creemos que es un buen paso para, a futuro, empezar a discutir otros desafíos a los que se encuentran nuestros sistemas alimentarios de cara a lucha contra el cambio climático, y tomando en cuenta su importancia a nivel global, recordando que, esta también es una batalla contra con hambre. Nosotros estamos listos pues para liderar en esta lucha, de la mano de nuestros 15 países miembros, y junto a todos los aliados que nos han apoyado en estos casi 25 años de trabajo, siempre con las puertas abiertas a nuevas colaboraciones que nos permitan aportar más a la misión de promover la competitividad y la seguridad alimentaria con criterios de equidad y sostenibilidad.

 

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Sobre FONTAGRO

FONTAGRO se creó en 1998 con el propósito de promover el incremento de la competitividad del sector agroalimentario, asegurando el manejo sostenible de los recursos naturales y la reducción de la pobreza en la región. El objetivo de FONTAGRO es establecerse como un mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnología e innovaciones agropecuaria en América Latina y el Caribe y España, e instituir un foro para la discusión de temas prioritarios de innovación tecnológica. Los países miembros son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En los últimos 25 años se han cofinanciado 195 plataformas regionales de innovación agropecuaria por un monto de US$139.7 millones, que ha alcanzado a 1809 instituciones y 35 países a nivel mundial.